Daniel Gachuz
Finance Analyst
Un artículo normal iniciaría con “parece que fue hace poco que estaba entrando a la oficina en Puebla 124, en busca de mi primer empleo formal enfocado a finanzas”. Diría que fue hace mucho, pero más bien creo que son distintas las etapas por las que he pasado en la empresa, lo que me hace creer que el tiempo va en función del gusto por las tareas desempeñadas y el aprendizaje que he alcanzado en cada una de ellas.
La búsqueda de un empleo como el que tengo en Sistema.bio fue un objetivo que tomó su tiempo, pero creo que cada día vale la pena. Mi objetivo inició en 2017, al realizar un intercambio a Brasil, para un proyecto que tenía como base los ODS propuestos por la ONU y la forma de permear la cultura de estos objetivos de desarrollo sostenible a la población en general; fue ahí cuando me di cuenta de que quería enfocar mi vida profesional a una empresa que compartiera esta filosofía. Era mi filtro principal para aplicar a cualquier vacante, sé que era un filtro exigente para alguien que estaba buscando su primer empleo formal, pero estaba convencido que encontraría algo que verdaderamente me apasionara.
Tardé poco más de un año en conseguir la posición como practicante. Un viernes 23 de marzo de 2018, en mi entrevista de trabajo, tuve que analizar los estados financieros y explicar los cambios que había tenido la empresa en los últimos meses en relación con esta información. En esa entrevista ví los inicios de los que hoy en día es una empresa consolidada en Kenya, y los primeros movimientos hacia India.
Me parecía cautivador que una empresa con objetivos como los que tiene Sistema.bio creciera a tal magnitud, al grado de llegar a lo que hoy en día es la empresa… la caca es fascinante, ¿no?
Sabía que aquí todo sería distinto desde el momento en que Alex Eaton, CEO de la empresa, me trató con una sencillez que sólo puedes encontrar en Sistema.bio. Fue una señal de todo lo que podía encontrar.
Tardaron una semana en avisarme que el 2 de abril sería mi primer día y que estaba contratado. La emoción instantánea me hizo darme cuenta de que valió la pena esperar por una empresa así. En ese entonces, mi carrera en finanzas y banca tenía un enfoque en las finanzas bursátiles, y mi rol en la empresa me permitió tener un mayor acercamiento a las finanzas corporativas. Fue un poco difícil explicar a mis compañeros de la universidad la forma en que la empresa ganaba dinero, ya que como mencioné anteriormente, la mayor parte de mis compañeros de la carrera tenían un enfoque bursátil (me parecía gracioso que la inspiración de algunos fuera el Lobo de Wall Street, que realmente no era lo que yo quería). Hacerles entender que donde hay caca hay dinero fue siempre muy divertido. Inicié como practicante, y un año después era parte de la empresa a tiempo completo. A simple vista podría parecer que solo fue un salto, pero fue un año de aprendizajes, de entender que todo lo que estaba aprendiendo en la empresa estaba facilitando mi entendimiento de mi carrera; tengo la dicha de tener a “mentores” y no “jefes”, ya que cada uno de ellos me ha enseñado a interpretar la información desde distintos puntos de vista, analizar la información de forma que pueda ser digerida por alguien que no está acostumbrada a pasar el día en Excel, a saber el “por qué” de los números, pero sobre todo el “para qué”.
Entendí que valía la pena trabajar con una empresa que fomenta los ODS, que podría dormir tranquilo porque no trabajo en una industria que daña constantemente el planeta donde vivimos.
Tres años y medio después, pasé de ser un practicante a un Sr. Finance Analyst, encargado de la consolidación global de los estados financieros de la empresa. Ahora miro al Daniel que buscaba empleo, y es un camino que no podría lograrse sin personas como las que conforman la empresa, de las que aprendo día a día. No hay mejor forma de agradecer en cualquier proyecto, que creciendo y aprendiendo… porque estamos resolviendo los problemas más importantes de la humanidad y sé que estoy en el lugar correcto.
