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En 2015, según datos de la ONU, cerca del 56 % de la población rural a nivel mundial no tiene acceso a servicios de salud. Entre los 174 países en los que se realizó el estudio las zonas más afectadas son los países de América Latina y África. Una de las medidas urgentes a tomar para cambiar esta situación es el tratamiento de desechos en áreas rurales. Los biodigestores pueden ser una opción de tratamiento de desechos adecuados con impactos positivos a la salud y no sólo como herramienta de saneamiento.

En el caso de los pequeños productores agropecuarios que cuentan con una vaca y tres cerdos pueden producir hasta 20 litros de desechos diarios, lo que se transforma en más de 200 litros de estiércol cada semana. Los productores suelen amontonar el estiércol transformándolo en focos de infección en el traspatio de sus hogares.

¿Cómo transformar el desecho en beneficios para la salud?

Hace más de 900 años que civilizaciones antiguas identificaron que el proceso de fermentación de la materia orgánica puede ser una fuente de energía. Los primeros intentos de construcción de plantas de biogás modernas se iniciaron a mediados de 1.800 en India y en los últimos 150 años la tecnología se ha difundido en la mayoría de las regiones.

Los biodigestores (contenedores cerrados herméticamente) aprovechan los desechos orgánicos para generar biogás, energía limpia y renovable, que pueden utilizar más del 90% de las poblaciones rurales que aún utilizan leña para cubrir hasta el 70% de sus necesidades domésticas. Esto se traduce en un problema crónico de salud para las familias, pero en especial para las mujeres y niños, quienes se encuentran expuesto a humo en cocinas, según datos de la OMS cada año fallecen 4 millones de personas, derivadas directamente por el aire contaminado en casas por el uso de leña.

Otro de los beneficios es que al tratar estos desechos de manera adecuada se eliminan los focos de contaminación, no sólo en las granjas, sino también los desechos que terminaban en los pozos de agua, contaminando este recurso vital para las poblaciones que rodeaban las granjas.

Sin embargo, los biodigestores no sólo producen energía renovable, uno de los productos es un potente fertilizante orgánico que nutre el suelo de manera natural, regresandole las propiedades que los animales tomaron de ella para poder producir alimentos sanos y abundantes que mejoran la salud de la familia al consumirlos y también de quienes los compran en los mercados locales.

El efecto de los biodigestores no es sólo la producción de energía renovable, éste es sólo su beneficio más visible e inmediato, sin embargo, los biodigestores representan una mejora en la calidad de vida de los usuarios, sobre todo en su salud al aprovechar lo que antes era una forma de contaminación de aire y agua, para utilizarlo como una forma de promover la salud de todas las personas sin importar sus condiciones económicas.

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