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A nivel mundial, según datos de la FAO,  la superficie total de la Tierra destinada a la agricultura es de casi 1 600 millones de hectáreas, lo equivalente a casi 9 veces el territorio total de México. Esta cantidad es mucho más grande que el 5% de superficie en el planeta destinada a las ciudades y que consume gran parte de estos alimentos.

La relación entre la gente que produce y quienes consumen es una cadena rota o, ¿cuántos de nosotros conocemos de dónde viene nuestro alimento? y no sólo nos referimos al suelo, si tiene fertilizantes químicos, utilizados comúnmente en la agricultura y lo que provoca en nuestro cuerpo. Esta vez nos referimos a las personas que cosecharon ese alimento.

¿Cuánto ganan los agricultores por su trabajo?

42% de la población vive de la producción de alimentos, ya sea agricultura, cría de ganado o pesca pero ¿cuánto gana la gente que trabaja el campo?

El salario promedio de un jornalero en México es de 100-150 pesos al día de 5 a 7 usd, en la India 115 rupias 1 usd y en África de 1 a 2 usd dependiendo de la zona. A diferencia de los jornaleros que trabajan la tierra de alguien más, los pequeños productores trabajan sus propias tierras pero la situación no es muy diferente.

En México los pequeños productores con menos de 2 hectáreas representan el 50% de la producción, mientras que para la India y África son cerca del 80%. Ellos son los emprendedores de la agricultura o es lo que intentan en gran medida, al obtener recursos financieros de diferentes fuentes de empleo para reinvertirlos en sus granjas y comprar más animales, fertilizantes e insumos que les permitan abrirse paso en los mercados locales.

En estos mercados en los que venden sus cajas de alimentos a precios bajos, por ejemplo 19 kilos de limón en 8 pesos, mientras que en los supermercados compramos un kilo de limón en 30 pesos. ¿Por qué los productores no reciben más de ese precio final?

En el día internacional de la justicia social, una forma de actuar para lograr el objetivo propuesto por la ONU, debe tener como base mejorar las condiciones en las que los encargados de mantener este mundo en movimiento tengan una vida más justa.

Hay empresas sociales que ya están trabajando en este tema. En 1997 se creó Fairtrade Labelling Organization (FLO) International con el objetivo de establecer estándares de comercio justo a nivel internacional. Hoy en día tienen un registro de 2800 empresas certificadas a nivel mundial en más de 70 países.

En México, por ejemplo están las empresas Aires de Campo y Grupo Paisano, Thrive Farmers a nivel internacional. Su objetivo es incluir a los productores en todo el proceso que le añade valor al producto hasta su venta final. En este modelo de negocios a los productores no se les paga por una kilo de café o por una jornada laboral de un día, sino que 50% de las ganacias del producto final es para ellos y el otro 50% va para quienes se encargaron de la comercialización.

Estos modelos hacen posible a los productores aumentar sus ganancias para reinvertir en sus granjas, en tecnología que les permita mejorar su productividad de forma sostenible, en sus familias y mejorar sus vidas. Para poder lograrlo implica responsabilidad también por parte de los consumidores y preguntarnos si sabemos de dónde viene lo que ponemos en nuestra mesa todos los días.

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